En apenas quince minutos podrás disfrutar de una cena ligera y sorprendente gracias a las huevas de trucha. Al masticarlas explosionan en la boca dejando un sutil sabor a pescado. ¡Toda una delicatessen!
130 g de Finíssimas de Jamón cocido
1 base de masa quebrada fresca.
120 g de queso de Burgos.
1 bote de huevas de trucha.
Cebollino fresco.
Rellenar unos moldes para tartaletas con unas porciones circulares de masa quebrada, pinchar la masa con un tenedor y congelar.
Poner a calentar el horno a 190º C.
Una vez que alcance el horno la temperatura deseada, introducir los moldes con las tartaletas reposadas en el congelador y hornear hasta dorar la masa.
Enfriar sobre una rejilla.
Acabado del plato. Con un tenedor, chafar el queso de Burgos hasta obtener una pasta cremosa. Rellenar las tartaletas con un poco de queso, disponer de varias mini lonchas de Jamón cocido extra en lonchas Finíssimas en su interior, y adornar con huevas de trucha y cebollino fresco.
Valores medios por cada ración