El jamón cocido es, sin duda, uno de los productos cárnicos más consumidos en todo el mundo. Es un ingrediente común en las diferentes cocinas internacionales, no solo por su inconfundible sabor, sino también por su valor nutricional, que puede contribuir a conseguir llevar una dieta saludable debido principalmente a su aporte de proteínas de alto valor nutricional.
En la cultura popular es común que nos refiramos al jamón cocido como jamón york o jamón de york, que no es más que un tipo de jamón cocido que se realizaba en la ciudad inglesa de York y que se hizo famoso a mediados del s. XIX dentro y fuera de sus fronteras.
Seguro que alguna vez, comiéndote un sándwich mixto o bikini —como lo llaman mayoritariamente en Cataluña— te has preguntado cómo se hace ese jamón.
Su ingrediente principal es la carne de cerdo, además de agua, condimentos o especias y conservantes. La carne se somete a un proceso que puede incluir diferentes métodos. Uno de ellos es la inyección de salmuera, que contiene sal y otros condimentos que ayudan a conservarlo y darle sabor. Posteriormente, la pieza se cuece a temperaturas controladas. El salado y la cocción ejercen una labor antibacteriana, permitiendo una mejor conservación de la carne. La calidad de la carne y el porcentaje utilizado, junto a la cantidad y el tipo de aditivos añadidos, varían según el proceso de elaboración.
El valor nutricional del jamón cocido es semejante al de la carne de cerdo de la que procede. Además de gran valor biológico, su aporte proteico se aproxima a un 18 % por cada 100 gramos de producto. Destaca también su contenido medio en minerales como el hierro y el zinc, de elevada biodisponibilidad, lo que facilita su absorción a nivel intestinal. Por otro lado, su alto contenido en sodio limita su consumo en personas que deban seguir una dieta hiposódica, como es el caso de las personas hipertensas. Las vitaminas con mayor presencia son la tiamina (B1), la riboflavina (B2) y la niacina (B3). Todo esto hace del jamón cocido un producto perfecto para el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular, además de un gran aliado para llevar una dieta saludable debido a su moderado contenido de grasas.
Es importante aclarar que las paletas cocidas no se consideran jamones, la diferencia radica en la parte del cerdo de la que provienen: el jamón cocido se obtiene de las patas traseras, mientras que la paleta cocida proviene de las patas delanteras. Este detalle es crucial, ya que un mayor porcentaje de carne no implica que estemos hablando de un jamón y no de una paleta.
Como norma general, son los jamones cocidos de categoría “extra” los que suelen tener un mayor contenido cárnico. Por ejemplo, nuestro Jamón Cocido Extra NaturArte contiene un 96% de carne, y destaca por su sabor natural y su elaboración sin alérgenos. Otro ejemplo es el Jamón Cocido Extra Finíssimas, que deleita los paladares más exigentes ofreciendo una experiencia de sabor delicada y placentera con un alto contenido de carne también.
Una alternativa es el jamón braseado, que recibe un recubrimiento con características similares al ahumado natural, lo que le confiere un sabor ahumado suave e irresistible. Puedes probarlo en el Jamón Cocido Extra Braseado o en el Jamón Cocido Braseado en Lonchas. ¿A qué esperas para darle un capricho a tu paladar?