¿Se puede congelar el embutido? Guía para hacerlo correctamente

Embutidos varios sobre tabla de cortar con fondo blanco)
08 ago 2025Curiosidades

La congelación es un método fácil y práctico para conservar los alimentos y evitar desperdiciar comida. Sin embargo, no todos los productos siguen siendo apetecibles una vez congelados y descongelados. ¿Qué pasa con los embutidos y los fiambres? Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este proceso.

¿Se pueden congelar los embutidos?

Encontrarse con más embutidos de los que vas a consumir en el momento es algo que sucede con frecuencia: una gran cesta o comida navideña, una oferta 2x1 que querías aprovechar, amigos que coinciden en regalarte chorizos del pueblo para tu cumpleaños, un mal cálculo en el número de comensales… Seguramente te preguntes si puedes congelarlos para comerlos más adelante. La respuesta es sí. Pero el proceso, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Ventajas:

  • Ahorro económico. Evitas desperdiciar comida. Lo congelas hoy y lo disfrutas dentro de varias semanas o, incluso, meses.
  • Practicidad. Los embutidos congelados están siempre a mano para añadirlos a tus platos o improvisar una tapita.
  • Seguridad. Si se hace correctamente, la congelación es un método seguro de conservación de los alimentos.

Desventajas:

  • Cambios en la textura o el sabor.  Por ejemplo, una vez descongelado, un embutido podría estar menos jugoso o, incluso, saber un poco distinto. Es decir, podría producirse una alteración en sus propiedades organolépticas (sabor, olor, textura…). Los pequeños cristales de hielo que se generan durante la congelación son los responsables de estas modificaciones. Cuanta menos humedad tenga un embutido, menos cristales se formarán. 

Pero que no cunda el pánico. Si sigues nuestros consejos, podrás aprovechar las ventajas de la congelación y nadie notará que el embutido ha pasado por el congelado. Así, si en el próximo festejo sobran lonchas de tu jamón preferido o del salchichón que les encanta a los peques, ¡despreocúpate!  Dentro de un mes o dos, podrás servirlos en la mesa como si acabaras de comprarlos.

¿Cuánto dura un embutido congelado?

En general, un embutido bien congelado (correctamente envuelto y con la temperatura óptima) conserva sus propiedades organolépticas y nutricionales de 1 a 2 meses.

¿Y después? Siempre que se mantenga la temperatura a -18ºC (o menos), el embutido, como cualquier alimento, se sigue conservando de forma segura. Eso sí: se va deteriorando y perdiendo su calidad. Por esta razón, es mejor rescatarlo del congelador en las primeras 8 semanas.

¿Qué tipos de embutido se pueden congelar?

Si están en buen estado y los proteges bien, puedes congelar todo tipo de embutidos:

Cómo congelar embutidos: 4 consejos

Para conservar los embutidos en el congelador de forma segura y que al descongelarlos su textura y sabor apenas se hayan alterado, conviene seguir estas recomendaciones.

  1. Envasa al vacío o con un cierre hermético. Lo ideal es congelar el embutido envasado al vacío. Puedes pedirlo en tu charcutería en el momento de la compra, si prevés consumirlo a largo plazo, o hacerlo en casa si cuentas con una envasadora al vacío. Otra opción es utilizar bolsas o envases que sean aptos para congelación de alimentos y que tengan cierre hermético. El objetivo es proteger el embutido para minimizar la aparición de cristales de hielo y evitar coloraciones o quemaduras. Además, esto protege el embutido del contacto con otros alimentos del congelador.
     
  2. Divide en porciones. Si piensas que vas a consumir tu embutido en varias veces, congela las raciones de forma independiente. Así podrás ir descongelándolas a medida que las necesites. Además, con porciones pequeñas la congelación es más rápida y la descongelación más uniforme, algo que ayuda a mantener la textura y la calidad del producto. 
     
  3. Pon etiquetas con fechas. Aunque en el momento pienses que no es necesario y que recordarás perfectamente lo que estás metiendo en el congelador, la experiencia indica lo contrario, así que tómate tu tiempo para marcar en el envase de qué embutido se trata y la fecha de congelación. Este dato es esencial para evitar que  permanezca congelado más de lo deseable… y luego tengas que desecharlo. ¡Lo que congelas no es eterno!
     
  4. Comprueba la temperatura del congelador. ¿Te preguntas cuánto tiempo puedes dejar un embutido en el congelador? Depende de la temperatura que alcance tu electrodoméstico. Guíate por esta tabla:
Número de estrellas del congeladorTemperatura mínima que puede alcanzarTiempos recomendados de conservación de los alimentos
1 *-6ºC1-2 días
2 **-12ºCHasta 3 días
3 ***-18ºCHasta 1 mes
4 ****-24ºCHasta 3 meses

Como ves, para congelar los alimentos de forma segura durante más de 2-3 días se necesita una temperatura de -18ºC o menos. Solo así se detiene el crecimiento de los microorganismos que pueden pudrir el alimento o causar intoxicaciones alimentarias. Para estar tranquilo de que la temperatura no suba de -18ºC, es clave contar con un congelador de 4 estrellas.

Embutidos varios sobre tabla de manera con paté, pan y demás variedades)

 ¿Qué pasa si congelas mal el embutido?

Si no envuelves bien el embutido o lo congelas durante más tiempo del recomendado (pero siempre por debajo de los -18ºC), podrían aparecer coloraciones, quemaduras por congelación y cambios en la textura y el sabor. Aunque esto parezca lo más terrible que le puede suceder a un embutido, hay algo peor: que suponga un riesgo para tu salud. ¿Cómo podría suceder esto?

  • Con un embutido en mal estado. Si un embutido está en mal estado o caducado, no lo congeles, deséchalo. La congelación no mata bacterias ni otros microorganismos: solo detiene su crecimiento. Al descongelar el producto, los microorganismos se reactivan y multiplican y pueden provocar intoxicaciones alimentarias.
  • Con una mala congelación. Por ejemplo, si se congela a una temperatura superior a -18ºC, que es la temperatura máxima para detener el crecimiento de microorganismos.  O si ha habido un corte de luz más largo que el tiempo en que el congelador es capaz de conservar los -18ºC. En ambos casos, también hay un serio peligro de intoxicación alimentaria.

¿Cómo descongelar un embutido? 

Descongelar correctamente un alimento es tan importante como congelarlo bien. La recomendación general es hacerlo dentro la nevera. Si lo haces fuera, el calor del ambiente podría acelerar la proliferación de las bacterias que han permanecido inactivas durante la congelación. 

Según el tamaño de la pieza, tardará más o menos, pero calcula unas 24 horas para descongelar un embutido en la nevera.

  • Si vas a añadir el embutido a un plato que estás cocinando, no hace falta esperar a que se descongele. Por ejemplo, si quieres añadir chorizo fresco congelado a un guiso o a una sopa puedes hacerlo directamente
  • Si vas a consumir el embutido sin cocinar, hay que tener más paciencia. Después de que se descongele completamente en la nevera, justo antes de saborearlo déjalo fuera un momento hasta que alcance la temperatura ambiente.   

Y recuerda: 

Para congelar, cuanto más rápido mejor. Por ejemplo, con -24ºC los alimentos se congelan más rápido que con -18ºC, Además, si están bien envueltos, los cristales de hielo serán más pequeños, lo que ayuda a conservar la textura y sabor originales. 

Para descongelar, cuanto más lento mejor. Así no se estimula la proliferación de bacterias. Por eso se recomienda colocar el alimento en la nevera el día anterior (o dos días antes si la pieza es grande) para que vaya descongelándose poco a poco. Otra opción: usar el microondas. Pero, no te ilusiones: para los embutidos el microondas no es lo más recomendable.

¿Se puede volver a congelar un embutido ya descongelado?

Seguramente ya imaginas la respuesta: se aconseja no volver a congelar un embutido ya descongelado. Es más: se recomienda consumir los embutidos descongelados en las siguientes 24 horas. 

Consejos extra para aprovechar embutido congelado

El embutido descongelado es perfecto para incluirlo en un montón de recetas, desde croquetas, albóndigas o guisos hasta sándwiches calientes y platos más sofisticados. Así, si existiera una alteración en la textura, por ejemplo, quedaría disimulada. Aquí tienes un par de ejemplos:

Quiches variadas. Con una masa comprada (de hojaldre o quebrada) puedes hacer auténticas maravillas. Rellénala con huevos batidos, cebolla previamente rehogada,  queso y lonchas de jamón crudo o cocido, pavo o chorizo descongelado. Puedes añadir verduritas que te gusten. Esta es una receta muy rica con salchichas, puerros y queso gouda. 

Brochetas creativas. Con tacos de queso, fruta (pera, por ejemplo) y jamón enrollado. O dátiles y jamón. Aquí tienes, una receta de brochetas de salchichas con verduras.

Ahora que ya sabes cómo congelar embutidos, puedes tener tus preferidos siempre a mano en el congelador, listos para darle un punto de sabor extra a tus recetas.