Cómo se hace el fuet: ingredientes, proceso de elaboración y cómo degustarlo

Tabla de fuet cortado
16 jul 2025Curiosidades

Fino, de sabor suave y textura tierna, el fuet conquista el paladar de adultos y pequeños. Aquí te contamos cómo se elabora el fuet tradicional y qué variedades puedes encontrar, con sus distintos matices. Además, te damos algunas ideas para sacarle todo el partido y disfrutar al máximo de este popular embutido curado, de origen catalán. 

¿Qué es el fuet?

El fuet es uno de los embutidos curados más populares de la gastronomía española. Elaborado con carne magra porcina, panceta, sal y pimienta, se embute en tripa natural de cerdo. Se distingue por su forma delgada y su piel blanca (es por el moho comestible que recubre la tripa). 

La palabra fuet significa en catalán “látigo”. El propio nombre de este embutido indica una de sus características distintivas: su forma fina y alargada. Su origen se sitúa en los contextos rurales catalanes y, como sucede con otros embutidos, surge de la necesidad de conservar parte de la carne de la matanza de los cerdos para disponer de ella durante todo el año. A la forma artesanal de elaboración del fuet, que persiste en la actualidad, se sumó a lo largo de los siglos XIX y XX la industrialización. En la década de los ochenta, comenzó a venderse en supermercados y su consumo se fue popularizando en todo el territorio español, hasta llegar a ser uno de los embutidos favoritos en toda España. 

Diferencia entre fuet y salchichón

Se parecen, pero no son lo mismo. El fuet y el salchichón se elaboran a partir de carne y grasa porcina. Y se les añade sal. Pero algo que distingue claramente al fuet es la tripa de cerdo en la que se embute: debe ser poco gruesa, de unos 28 a 32 mm de diámetro. En la elaboración artesanal se utiliza la del intestino delgado, fina y alargada, elástica y porosa. Esta tripa permite una gran adherencia a la carne y una buena integración del moho blanco tan característico del fuet. El moho contribuye a su sabor y aroma particulares. Para el salchichón, sin embargo, se utiliza la tripa del intestino grueso, más gruesa, corta y menos elástica.

Además, en el caso del fuet el escaso grosor de la tripa permite una curación más rápida, algo que influye también en su sabor. Más allá de lo visible, si pruebas ambos con los ojos cerrados, deberías notar diferencias: el fuet te resultará suave, con matices dulces y probablemente aromáticos, y con una textura más tierna. El salchichón, más intenso, especiado y con textura firme.

¿Quieres saber más? No te pierdas este artículo: Diferencia entre fuet y salchichón.

¿Cómo se hace el fuet?

Carne magra y panceta de cerdo, pimienta molida (blanca o negra o una mezcla de ambas) y, por supuesto, sal. Estos son los ingredientes base del fuet. En cuanto al proceso de elaboración, es similar al de otros embutidos curados, como el chorizo, el salchichón, o la longaniza.

  • Picado de la materia prima. La proporción suele ser: 70% de carne y 30% de tocino (o panceta). Al ser de picado fino, las materias primas deben estar frías y duras, lo que implica temperaturas alrededor de la congelación.
  • Mezclado y amasado. Se añaden los condimentos (sal y pimienta) y los aditivos, como nitrito sódico y azúcar, para asegurar una buena curación y conservación. Después de amasar la mezcla, se deja reposar.
  • Embutido. La mezcla se embute en tripa de cerdo fina (del intestino delgado) evitando que entre aire. También se puede embutir en tripas de colágeno comestible.
  • Curado. Los embutidos se cuelgan en secaderos con una temperatura y humedad controladas. Durante este proceso, que suele durar un mes, se produce la maduración y desecación. Y aparece el característico moho blanco. 

¿Qué tipos de fuet existen?

Comencemos con dos embutidos “hermanos” del fuet, que a veces se consideran variedades: la secallona y la sumaia, ambos también de origen catalán. La secallona, tradicional en los Pirineos, es más delgada y seca que el fuet. Su curación es más rápida y no suele estar cubierta de moho. Más fina aún y delicada —por su frágil tripa seca— es la sumaia. 

¿Y el espetec? En muchos casos fuet y espetec se utilizan como sinónimos, aunque se pueden encontrar diferencias. La forma del fuet es más circular y la del espetec, más aplanada, parecida a un ocho. El espetec suele tener un proceso de maduración más corto, que genera menos moho blanco y un sabor más dulce. Para muchos, el espetec es una variante del fuet: el “fuet espetec”.

Además del clásico fuet recto, también lo hay curvo, con forma de herradura. Esto significa que el embutido se ha curado colgado de ambos extremos, una estrategia habitual para aprovechar el espacio en cocinas o secaderos artesanales. Sin embargo, el proceso de elaboración es el mismo. 

¿Y el fuet achorizado? También de origen catalán, incorpora pimentón. El resultado: una interesante fusión que tiene la forma y textura del fuet con el sabor típico del chorizo. ¿No sabes si esa combinación te gustaría? Nada mejor que probarlo y que sea tu paladar el que decida.

Al fuet, como a todos los embutidos, se le puede añadir hierbas y especias para darle sutiles notas aromáticas. También son apreciados los fuets que añaden en su elaboración vinos o espumosos, como el fuet al vino y el fuet al cava. Pero hay más: fuets con distintos sabores y matices sorprendentes, como el fuet con trufa, una creación gourmet, única y deliciosa. ¿Te gusta el queso? Entonces tienes que probar otra variante creativa: el fuet con queso, toda una experiencia de sabor. 

Y, para terminar, dos variantes modernas del fuet tradicional:

  • El práctico fuet para snack o minifuet. Suele embutirse en tripa colágena comestible. Estas pequeñas y delgadas piezas tienen una particularidad: son irresistibles al picoteo.
  • El fuet de pavo, una sabrosa alternativa para los que prefieren la carne blanca.
Plato con fuet cortado y aceitunas

Degustación del fuet: así puedes comerlo

Hay incluso quienes lo comen a bocados, pero si buscas formas más glamurosas para disfrutar de un buen fuet, aquí tienes algunas ideas. 

  • Córtalo en rodajas y acompáñalo con aceitunas, patatas y un vermut: ya tienes un perfecto aperitivo.
  • Coloca varias rodajas en una tostada con tomate y degusta un exquisito montadito.
  • ¿Tienes un buen vino tinto y un queso suave? Añade pan crujiente, rodajitas de fuet… ¡Y a picar!
  • Crea una tabla de embutidos con rodajas de fuetchorizosalchichónsalami y recrea el paladar apreciando sus diferencias.

También puedes utilizarlo como ingrediente de otras recetas:

  • En pizzas. Distribuye varias rodajas de fuet para darle un toque de sabor extra.
  • En croquetas caseras. Pica el fuet y añádelo a la mezcla. Quedan riquísimas.
  • En un tartar. Bien picado el fuet, junto con otros ingredientes como tomate, aguacate, cebolla… Tendrás un plato fresco y muy apetecible.

¿Quieres sorprender a tus comensales? Pica bien el fuet y añádelo en salsas y ensaladas.  Verás cómo realza sus sabores.

Preguntas frecuentes sobre el fuet

¿Qué es lo blanco que tiene el fuet?

Es una capa de moho beneficioso que se genera durante el proceso de curación del fuet. Se llama penicillium nalgiovense y ayuda a la conservación del embutido, además de contribuir a su sabor y aroma particulares. Si quieres saber más, pincha aquí. 

¿Cómo hacer que el fuet se ponga blando?

Si el fuet se ha conservado en un ambiente muy seco y ha perdido su humedad y elasticidad, puedes hacer que las recupere de forma sencilla. Envuelve el fuet en un paño limpio y húmedo, colócalo en un recipiente hermético o en una bolsa cerrada durante 1 a 3 días en la nevera. Notarás el cambio. 

¿Cómo puedo saber si el fuet está malo?

Hay señales claras de que un fuet está malo: mal olor; moho de color verde, azul, negro o con pelusa; textura pegajosa o gomosa; secreciones marrones, rojas o viscosas; sabor ácido, extraño o desagradable… En estos casos, deséchalo inmediatamente. Si no terminas de tenerlo claro, pero tienes tus sospechas, también. Ante la duda, es mejor pasarse de precavido, ya que podría contener bacterias peligrosas.